Estamos tan acostumbrados a vivir con inflamación, que sentimos que ya es un estado normal de nuestro cuerpo.

Por lo general, la inflamación aparece después de ingerir ciertos alimentos (como los lácteos), y en otras ocasiones por coraje, ansiedad y estrés.

¿Qué es la inflamación?

Es un síntoma de que algo no está bien en nuestro cuerpo; reflejo de un desequilibrio en nuestra salud. Cuando sufrimos inflamación nuestro sistema inmunológico genera ciertas hormonas pro-inflamatorias que generan radicales libres que oxidan nuestras células. ¿Las consecuencias? Se desbalancea nuestro cuerpo, nos acidificamos, retenemos líquidos y se impide la correcta absorción de nutrientes.

¿Por qué se me inflama el estómago? La inflamación se debe a los malos hábitos en nuestra alimentación o niveles altos de estrés. El riesgo aumenta su consumes alguno (o varios) de los siguientes alimentos:

- Harinas blancas.
- Azúcares.
- Embutidos.
- Lácteos.
- Grasa saturadas.
- Grasas trans (presentes en alimentos fritos o empanizados y las fritangas).

Estos alimentos debilitan nuestro cuerpo y en especial a al estómago porque le impiden regenerarse y funcionar bien. Además, la inflamación puede provocar sensibilidad e intolerancia a ciertos alimentos.

¿La inflamación provoca sobrepeso?

El exceso de peso debido a la inflamación se conoce como Síndrome de resistencia a la leptina. La hormona leptina es la responsable de controlar el apetito, mejorar el metabolismo y por su puesto mantener un peso sano. La inflamación genera resistencia a esta hormona, provoca que tengamos hambre todo el tiempo y comamos a deshoras, o desaparece el apetito por lapsos grandes y el cuerpo acciona un método de supervivencia y no permite quemar grasa.

¿Cómo evitar la inflamación?

- Aumenta tu consumo de alimentos antiinflamatorios como: curry,

- jengibre, chile, piña, ajo, cebolla, aguacate, linaza, nueces, almendras, semillas de girasol, pepitas, pistache y aceitunas.

- Incluye más antioxidantes en tu dieta como: frambuesas, moras, granada y cítricos.

- No fumes.

- Aprende a eliminar el estrés. Técnicas de yoga o meditación son excelentes opciones.

Fuente: Esmas